jueves, 6 de noviembre de 2014

Gabriel de Cuba comparte una palabra de vida

“Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar…Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía”.
S. Lucas 5: 4-6
“Hay esperanza en Jesús”

Hace algunos días mi esposa perdió su pinza de cejas, la buscó por entre sus cosas pero no la encontró. Vino a mí preguntándome si yo sabía y le dije que la había visto por última vez en la gaveta donde guardamos nuestras prendas y accesorios de vestir.
-¿Revisaste ahí?- le pregunté.
-¡Sí, unas cuantas veces pero no está!- me respondió.
-¿Estás segura, no estarás buscándola mal?, ¡Ven, te ayudaré a encontrarla!- le dije. 
El primer lugar donde fuimos a rebuscar fue al último sitio donde creí haberla visto por última vez, introduje mi mano derecha, y allí, al fondo de la gaveta, escondida debajo de unos cuantos papeles, saqué a la luz la pinza de cejas.
-¡Ya vez, te dije que estaba en la gaveta!- le expresé. Entonces mi esposa liberó en un suspiro un poco de alivio y con un beso de regalo me dejó saber que era su héroe durante el resto del día.

¿Frustración, soledad, desánimo? ¿Le dicen algo estas palabras a usted? ¡A mí me son profundamente conocidas y más aún cuando estoy de frente a un fracaso, una pérdida, una crítica humillante o la impotencia para luchar por lo que quiero! Hay más personas que viven bajo depresión por esta u otras razones de las que usted y yo imaginamos, a veces las tenemos muy cerca, tan cerca como dentro de nosotros mismos. ¿Es malo deprimirse? ¡Por supuesto que no!, es la respuesta natural a nuestra incapacidad de tener dominio, poder y señorío sobre todas las cosas pero también es la evidencia más clara de que “necesitamos ayuda”. Hubo un hombre en la Biblia llamado Simón, un pescador experimentado, que estuvo toda la noche trabajando y no había pescado nada y esto produjo en él una gran frustración. Cansado regresó a la orilla y al descender de su barca, Jesús de Nazaret le pidió que regresara mar a dentro y echara sus redes para pescar. Es curioso, Jesús era hijo de un carpintero ¿qué podía enseñarle un carpintero a un pescador profesional sobre el arte de la pesca? ¿Por qué de día, si es de noche cuando se lanzan las redes? Esto era una locura, pero Simón sabía quién era Jesús, y “En su palabra echó la red”. Así que no desista, no renuncie, no deje morir sus sueños, inténtelo por última vez con fe en “Su Nombre” y lo que haya estado esperando lo recibirá, se lo aseguro.